Como cada 1 de noviembre, un grupo de Voluntarios de Aragón participamos en la Ruta de los Sitios que tradicionalmente organiza la Asociación Cultural Los Sitios de Zaragoza, y lo hicimos con diverso vestuario, civil y militar.
En esta ocasión la Ruta tuvo un carácter muy especial, ya que sirvió para saldar una deuda con uno de los héroes del trágico episodio: el Padre Juan Bonal, que por fin cuenta con una glorieta a su nombre junto a la sede de la Casa General de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana (popularmente conocidas como «las Anas»), en cuya iglesia reposa junto a otra de sus ilustres miembros, la Madre Rafols.
En dicha iglesia la Hermana Superiora General de la Congregación, la Hermana Teresa Bajador Subías, nos hizo un acercamiento a la vida y obra de este buen sacerdote que tanto bien hizo durante los asedios padecidos por la ciudad. Su obra sigue vigente, actualmente a través de la Fundación que lleva su nombre.
También se procedió a una ofrenda floral en su sepulcro.
A la salida de la Casa General de la congregación nos trasladamos a la Glorieta Juan Bonal, donde Gonzalo Aguado, Presidente de la Asociación los Sitios, dedicó unas palabras al héroe y descubrió la placa con su nombre junto a la Hermana Teresa Bajador Subías, quedando inaugurada oficialmente la glorieta. Con una salva de honor de los Voluntarios de Aragón terminó esta fase de la ruta.
De allí el numeroso público asistente se trasladó al cercano Hospital Provincial, de Convalecientes durante los Sitios, donde se visitó su hermosa iglesia y la cripta de la misma, donde reposan algunas de las Hermanas de la Caridad que asistieron a los heridos y enfermos en los Sitios.
A continuación pasamos al interior del Hospital, cuyo nombre es hospital de Nuestra Señora de Gracia en recuerdo del hospital volado por el ejército francés entre el 3 y el 4 de agosto de 1808, y que conserva vestigios como el escudo de mosaico del antiguo Hospital. Además, en su interior pudimos visitar la farmacia del hospital y la Farmacia donada por la familia Ríos, que conservan ambas la atmósfera y el ambiente del siglo XIX.
Tras el Hospital nos encaminamos al Convento de Mínimos, actual Parque de Bomberos nº2 y Museo del Fuego, para trasladarnos a continuación a la Plaza de Santa Isabel, emplazamiento de la que fuera torre vigía de la ciudad durante los asedios, la Torrenueva, arruinada para siempre gracias al empecinamiento destructor de la corporación zaragozana 1892.
Una vez concluida la Ruta, nos dirigimos a la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, en cuya cripta (abierta al público únicamente los días 1 y 2 de enero) descansan los restos mortales del General Palafox. Allí el Dean del Cabildo Manuel Amor realizó un responso y se depositó una corona de laurel en su tumba, dando por finalizado el acto.
Fotografías de nuestro compañero J.M.Molina. Más imágenes aquí.