El pasado día 12 de Junio se conmemoró el Bicentenario de la caída de Mequinenza, tal y como anunciábamos hace unos días. A tal efecto el grueso de las tropas de nuestro Regimiento se trasladó el Viernes día 11 a dicha población nada más concluir el acto del Día de los Sitios de Zaragoza. Y esa misma noche tuvimos la suerte de poder participar en una marcha nocturna con faroles por los caminos de subida al Castillo. Una marcha de época que nos proporcionó grandes momentos (… y algunos sudores…)
A la mañana siguiente, ya con nuestros efectivos al completo, se instaló el campamento napoleónico, donde estrenamos nuestro nuevo Pabellón de Oficiles. Se procedió al reparto de pólvora y tuvo lugar el solemne desfile hasta el pueblo nuevo, donde se efectuó el acto oficial de bienvenida.
Ya por la tarde nos sorprendió una tremenda tormenta que a punto estuvo de aguarnos (nunca mejor dicho) la jornada, pero finalmente todo quedó en un susto, y los actos continuaron con una visita guiada al interior del Castillo…
Y la inauguración de un monumento a la memoria de los caídos.
Y por fin, llegó la hora de la batalla. Las tropas imperiales se aproximaron decididas hacia la fortaleza, mientras los defensores tomaban posiciones y se aprestaban a combatir por su tierra. Cada palmo de terreno iba a ser defendido con fiereza…
Pero las tropas francesas conquistaron lentamente el terreno metro a metro pese a las numerosas bajas, llegando finalmente al cuerpo a cuerpo.
Los defensores, empujados por la superioridad francesa, se vieron forzados a retroceder hasta los fosos del Castillo, donde tuvo lugar otra encarnizada defensa que no dio tregua a ninguno de los dos ejércitos…
Parapetados en el foso, los defensores pudieron ralentizar el avance del enemigo, pero no detenerlo.
Y, pese al esfuerzo y las bajas, finalmente las tropas francesas arrollaron las defensas españolas tomando la fortaleza, punto estratégico para controlar el tráfico entre Aragón y Cataluña. Tras una honrosa capitulación, los defensores abandonaron el Castillo…
Algunas escaramuzas tuvieron lugar en el pueblo viejo más tarde, pero todo era ya inutil.
Por la noche pudimos confraternizar con el «enemigo» en una animada sesión de baile ofrecida por la Villa de Mequinenza a todos los combatientes.
Un misa en recuerdo a los caídos puso fin en la mañana del Domingo a tres días en los que recordamos hechos decisivos en la historia de Zaragoza y Mequinenza. Como siempre, agradecer a las autoridades, organizadores y a la Villa de Mequinenza la estupenda acogida que nos han dispensado a todos los recreadores.
Tienen a su disposición en nuestra Galería en Picasa el álbum de fotos correspondiente a ésta Recreación Histórica, o directamente pinchando aquí.