Como comentábamos en una entrada anterior, el fin de semana del 1 y 2 de septiembre, y enmarcada dentro de la programación «Muel en tiempos de Goya», los Voluntarios de Aragón organizamos la recreación histórica de la llegada de las tropas francesas a Muel con la toma de su castillo-palacio, y las escaramuzas para su recuperación. Además, en las inmediaciones del Parque de Muel quedó instalado un campamento museo de época en el que además de darle vida se realizaron visitas guiadas en la mañana del domingo día 2 que sirvieron para explicar y dar a conocer de una forma tan didáctica como visual el contexto en el que se desarrollaron los hechos recreados y mostrar la vida del soldado a comienzos del siglo XIX y todo lo que conllevaba. Pero vayamos por partes.
El viernes por la tarde quedó instalado el campamento museo, donde realizamos las actividades propias de la época. Hasta él habían llegado rumores de que se aproximaba una expedición de castigo con la intención de escarmentar a la población por haber atacado a una patrulla francesa que llegó a Muel en busca de suministros. Los hechos que acontecieron a continuación fueron teatralizados en la mañana del sábado, acercando la historia a los asistentes.
Así, el alcalde de la población había citado a los vecinos a las 12 del mediodía en la Plaza Mayor para hacerles partícipes de la situación. Una vez allí ha hecho un llamamiento a resistir las amenazas y extorsiones del ejército invasor. La caída de Zaragoza había supuesto un duro golpe para la causa española, pero lejos desanimarnos nos reafirmó en la justicia de nuestra causa. Pero las cosas no iban a ser tan fáciles. Y pronto un grito lleno de miedo atronó en la plaza: «¡Vienen los franceses! ¡Están aquí!».
Pronto el coronel francés, por medio de un traductor, expuso sus exigencias al Alcalde, el cual se negó a todas a ellas. La postura de los ocupantes se fue endureciendo, como así lo hizo la respuesta de los vecinos, cuyos ánimos se fueron encrespando hasta que la situación derivó en una violenta revuelta que fue reprimida por las tropas francesas con gran contundencia. Finalmente, y ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos y por miedo a que los habitantes de Muel pagaran con sus vidas su atrevimiento, el alcalde, ya detenido y con los grilletes en sus muñecas, hizo un llamamiento a la calma. Los revoltosos fueron detenidos a su vez y llevados al castillo. Una vez allí el alcalde consiguió el perdón para ellos. Pero no para todos. El mosén, orgulloso en tan postrer momento, fue ajusticiado sin piedad bajo la vengativa mirada de los vecinos…
Imagen cedida por Muel en Marcha
Una calma tensa sobrevoló la población hasta bien entrada la tarde, cuando un destacamento español llegó a Muel con la intención de expulsar al invasor de sus calles. Llegando por la orilla del río Huerva, tuvo que emplearse a fondo para desalojar a las tropas francesas del campamento, resistiendo incluso las cargas de la caballería. Pero poco a poco los invasores fueron empujados por el cauce del Huerva hacia el castillo, donde intentaron una última defensa. pero todo fue inútil: Muel volvía a ser libre…
Imagen cedida por García Calvo Fotografía
Imagen cedida por García Calvo Fotografía
Imagen cedida por García Calvo Fotografía
Imagen cedida por García Calvo Fotografía
Al día siguiente tuvimos la oportunidad de asistir a la proyección del documental «La presa romana de Muel: Los secretos de un oasis en el desierto», tras el cual contemplamos las pechinas pintadas por Goya en la Ermita de Nuestra Señora de la Fuente. Ya en el exterior los que lo deseamos recorrimos un tramo del acueducto romano que discurre por las entrañas del monte y que conecta con el campamento.
A las 12:00 comenzaron las visitas guiadas al campamento – museo, donde los asistentes pudieron contemplar diversas escenas de la vida que se desarrollaba en un campamento de época de una forma didáctica y rigurosa, con explicaciones que las situaban en su contexto histórico y social, con lo cual a la vez que se consigue una inmersión más profunda se comprende mejor la vida y las situaciones a las que se enfrentaron los que nos precedieron. Maniobras de instrucción; disciplina; entretenimiento y juegos; la vida en campaña; cocina y gastronomía; la importancia de la religión en la época; infantería y caballería; armas… Contamos además con un taller de fabricación de piedras de sílex, algo fundamental en la época, y que corrió a cargo del Taller de Cerámica La Huerva. Así fuimos testigos de todo el proceso. Desde la selección de la piedra hasta el acabado, pasando por el corte y afilado. En resumen, una visita muy completa de la que los participantes salieron con una imagen global de lo que fue la vida en un campamento napoleónico.
Desde Voluntarios de Aragón queremos agradecer al Ayuntamiento de Muel su interés por recuperar su pasado e identidad, su confianza en Voluntarios de Aragón para participar en este proyecto y su total disposición para con nosotros. También queremos agradecer a los vecinos de Muel y a todos los que nos visitaron su acogida, su curiosidad por la historia, y el respaldo a la iniciativa Muel en Marcha.
Puede acceder a una completa galería de fotos desde aquí o desde la página de Galerías. Agradecemos a Muel en Marcha, Jesús Gil, Esther Galvis, Miguel Ángel Lázaro, Jesús Andrés y García Calvo Fotografía las imágenes y vídeos que se incluyen en la galería y esta entrada.