Foto de la Asociación Cultural Teodoro Reding
Principio de 1811. Dos eran las vías de entrada desde Portugal hacia España: Una, la del norte, guardada por Ciudad Rodrigo; la otra, al sur, guardada por Badajoz. Wellington se encargó de la primera y encomendó a Beresford la segunda. Cumpliendo las ordenes, Beresford puso Sitio a Badajoz. Enterado de ello, el Mariscal Soult reunió una fuerza de 25.000 hombres (16.000 de ellos de la fuerza que ocupaba Andalucía) y parte hacia el norte la medianoche del 9 al 10 de Mayo con la intención de sorprender a los aliados. Los guerrilleros notifican el movimiento de tropas con tanta rapidez que tan sólo dos días después Beresford ya está al corriente. De los tres posibles caminos hacia el norte, Soult elige el más rápido y corto. Beresford informó a Wellington y levantó el sitio para acudir al encuentro del enemigo. Parte de sus fuerzas se quedan atrás para recoger y poner a salvo el equipo de sitio antes de reunirse con el grueso de las tropas. El 15 de Mayo los aliados ingleses y portugueses ya están desplegados en La Albuera. El flanco norte se apoya en el pueblo mientras que el flanco sur está expuesto. Durante la noche llegan tropas españolas procedentes del Ejército del Norte del General Castaños y del Ejército del Centro bajo el mando de Blake. Soult cree que estas fuerzas están lejos y que no se incorporarán a la batalla. Quizá si hubiera sabido el contingente total de su enemigo hubiera rehusado el combate.
Mariscal Jean de Dieu soult, Duque de Dalmacia
Soult preparó la estrategia ignorando la presencia de Blake: El 1º de Lanceros del Vístula debería realizar una finta hacia el norte para distraer la atención, realizando el ataque principal por el sur, por el flanco expuesto. Tras varios combates por el lado norte, el plan parecía funcionar y de repente una masa de infantería y caballería surgió por el flanco derecho de los aliados. Con rapidez Beresford redistribuyó el orden de sus tropas para encarar al enemigo. Sin embargo Blake, convencido de que el ataque principal sería por su frente, sólo enviaría una de las brigadas a su mando. Mientras todo esto ocurría, la maniobra de distracción seguía su curso, presionando sobre los puentes de acceso y bombardeando el pueblo.
Los franceses se vieron sorprendidos por la rapidez de la reordenación de las tropas españolas, y no se esperaban una fuerza dándoles frente. Los españoles aguantaron el empuje francés con gallardía y, contra todo pronóstico, lograron detener su cabeza y aguantar hasta la llegada de la infantería británica. En este momento de humo, disparos y confusión se produjo un trágico episodio en el que los soldados españoles se vieron sorprendidos por el «fuego amigo», haciendo frente a los franceses por delante y soportando el fuego británico a sus espaldas.
Mariscal William Carr Beresford
Al ver la línea española comprometida, Beresford ordenó al General William Stewart apoyar a los españoles. Este ordenó a la Brigada del Cornoel John Colborne que se desplazara en una acción envolvente para tomar a los franceses por el flanco. Colborne muy sensatamente pidió cambiar a orden de batalla, a lo que Stewart se negó, teniendo que avanzar en columna de a tres. Y esa fue su perdición. Los lanceros de la Legión del Vístula, el 20º Regimiento de Dragones, el 2º y el 10º Regimiento de Húsares se lanzaron contra los hombres de Colborne, aniquilándolos por completo en lo que fue una auténtica carnicería. La carga fue tan impetuosa que llegó hasta la misma retaguardia aliada y el propio Beresford estuvo a punto de perecer bajo una lanza polaca que pudo esquivar en el último momento. Una vez la carga perdió su fuerza, la caballería se retiró hacia sus líneas dejando tras de sí un sangriento rastro de muerte.
Por su parte, la infantería francesa había desordenado sus líneas y perdido empuje y Soult, sabedor ya del número real de las fuerzas enemigas, se mostraba reacio a utilizar sus últimas reservas en un ataque decisivo. Por su lado, Beresford tampoco parecía querer tomar una decisión, y el baño de sangre continuó. El Coronel Harding tomó la iniciativa y rogó a las fuerzas en reserva del General Cole que se sumara al combate. Así se hizo con lo que se consiguió ofrecer un frente compacto a la estrategia de Soult. Este respondió lanzando a su propia reserva al combate. Pero como los españoles se habían mantenido firmes, los aliados tuvieron la iniciativa.
General Jose Pascual de Zayas y Chacón
Tras varios minutos de intercambio de disparos, con los franceses perdiendo fuerza por momentos, los británicos se lanzaron en una carga a la bayoneta. Poco a poco los franceses fueron perdiendo terreno y finalmente acabaron por abandonar el campo de batalla en una ordenada y disciplinada retirada.
Realmente este baño de sangre no tuvo importancia estratégica en el transcurso global de la guerra. Soult se retiró a Andalucía sin ser molestado. Tan sólo la retaguardia se veía hostigada por la caballería española, pero sin mayores complicaciones. Por su parte Beresford no volvió a poner sitio a Badajoz, si no que se mantuvo a distancia. Tendría que llegar el 16 de Marzo de 1812 para que Wellington pusiera de nuevo sitio a la ciudad, tomándola la noche del 6 al 7 de Abril de 1812.
Los días 7 y 8 de Mayo se conmemoró en la localidad de La Albuera el Bicentenario de esta batalla. Una brillante Recreación Histórica que contó con la participación de 2.000 recreadores, 120 caballos, 40 piezas de artillería… Una Recreación de grandes dimensiones con recreadores venidos de toda España y de todos los rincones de Europa. Los Voluntarios de Aragón también estuvimos allí encuadrados en diferentes unidades aliadas.
Un espectacular campamento de época estuvo abierto durante el fin de semana a los visitantes, donde pudieron comprobar cómo era la vida de los soldados en la Guerra de la Independencia…
Dadas las dimensiones de la Recreación de la Batalla se produjeron imágenes realmente espectaculares, donde se pudieron ver con toda claridad los movimientos de las tres armas: Artillería, caballería e infantería.
Y también pudimos comprobar la bizarría y el arrojo de nuestro Subteniente abanderado, defendiendo la Bandera de los Voluntarios de Aragón frente al enemigo.
Y no podemos terminar esta entrada sin dejar de agradecer a la organización y especialmente a toda la población de La Albuera su entrega a estos actos, su generosidad y su hospitalidad, que hizo que disfrutáramos aún más de esta Recreación Histórica y del reencuentro con los amigos.
Tienen a su disposición una completa galería fotográfica en la pestaña correspondiente o pinchando aquí.