Cuatrocientos aficionados a la recreación de ejércitos antiguos de una veintena de grupos, la mayor parte españoles y varios procedentes de Francia, recrearon el fin de semana del 8 y 9 de noviembre
Napoleón reaccionó y optó por el envío de más tropas para aplastar el levantamiento de Burgos, cuyas tropas contaban con menos soldados profesionales, aunque apoyados por vecinos, y con más problemas de organización. De hecho, en la batalla se reprodujeron los movimientos de tropas en la época y cómo influía el tipo de armas y la cantidad de efectivos, dado que se trataba de armas que tardaban mucho en cargarse para un solo disparo y el cuerpo a cuerpo tenía mucha importancia.
Los actos empezaron con una ofrenda de flores a los caídos y una recreación a menor escala de un enfrentamiento urbano, en lo que queda del antiguo pueblo de Gamonal, aunque las tormentas impidieron la celebración de un desfile. Sin embargo, la parte más llamativa de los actos fue la representación de la batalla, en la que los organizadores hacen «un pequeño truco porque dejan el final de la batalla en empate y no en la derrota sangrienta que se produjo».