Tras casi 4 años y medio de ocupación, y después de los desastres en Arapiles y sobre todo en el frente ruso, las tropas españolas mandadas por Espoz y Mina entran en Zaragoza, que ha sido abandonada por el grueso de las tropas francesas durante la noche dejando una guarnición en el Castillo de La Aljafería.
Las tropas españolas se aproximan al Castillo e inmediatamente toman posiciones, mientras comienza un cruento duelo de Artillería…
Los defensores franceses salen al encuentro de la infantería española y comienzan los cruces de disparos y escaramuzas que dejan las primeras víctimas.
Los franceses aguantan durante un tiempo, pero las furiosas y decididas cargas de la infantería los hacen retroceder hasta los pies mismos de las murallas, donde tratan de impedir por todos los medios que las tropas españolas se aproximen…
La infantería polaca defiende valientemente el acceso al Castillo apoyados por la artillería, causando gran mortandad entre los asaltantes.
Finalmente, los ejército español llega al pie de las muerallas de La Aljafería, donde se producen numerosas escaramuzas entre los dos ejércitos. En un momento dado, la infantería francesa arrebata una bandera a la artillería española, pero es enseguida recuperada por la infantería y devuelta a los Artilleros de Aragón que, como siempre, combaten al límite cumpliendo con su deber.
Los franceses, sobrepasados, se ven empujados hacia el interior del Castillo donde consiguen replegarse sin dejar de ser acosados…
Los franceses, una vez asumida su derrota, negocian los términos de una honrosa capitulación. Una vez alcanzado el acuerdo, abandonan el Castillo ante la mirada del ejército español, que reconoce su valor presentando sus armas al enemigo. El ejército francés abandona la ciudad para siempre. Zaragoza está liberada.
Tras la entrega del Castillo de La Aljafería, todos los participantes en esta II Recreación Histórica de los Sitios de Zaragoza se fundieron en un abrazo con el que concluyó un intenso fin de semana en el que hasta la siempre impredecible climatología de la capital del Ebro se alió con la ciudad para ofrecer un magnífico fin de semana de inmersión en la historia.
Desde Voluntarios de Aragón queremos agradecer el esfuerzo y colaboración de todas las instituciones y personas implicadas, en especial del Ayuntamiento de Zaragoza a través de Zaragoza Cultural, el Ministerio de Defensa y las Cortes de Aragón.
Por supuesto agradecemos a todos los Grupos de Recreación Histórica que se han desplazado hasta Zaragoza su participación en este fin de semana, sin importarles la distancia. ¡Muchas gracias, amigos!
Y, por último pero no menos importante, a la ciudad de Zaragoza y a sus gentes, que han abarrotado las calles para asistir a estas recreaciones, desbordando todas las previsiones, y que tan grata acogida han dispensado a los recreadores demostrando a la vez un gran interés por su historia.
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